Instalación basada en el esparcimiento, en un área del espacio expositivo, de un conjunto de extratos en porcelana cruda de cuerpo humano en escala real, realizadas a partir de moldes sacados a maniquíes (de cuerpo femenino y cuerpo masculino) quebrados en pedazos de múltiples tamaños, con todas sus partes dispuestas de forma desordenada por el piso como metáfora de los cuerpos rotos, imposibilitados en las decisiones del qué hacer en sus vidas por las condiciones sociales predeterminadas desde antes de nacer razón por la que, la porcelana esta cruda sin siquiera la primera quema. Los pies y las manos son las partes más realistas de todo el conjunto, por lo que son el punto principal de la pieza, siendo su intención enfatizar que los pies sostienen al cuerpo y las manos hacen el trabajo fino y detallado en la economía de los cuerpos de trabajo, que, además, en muchos casos, determinan y revelan la labor de cada quien, según la clase, la raza y el género.
Esta pieza comparte título con la sexta y ultima obra realizada con mezclilla que juntas, cierran la narrativa de la exposición. Dicha cita es, en realidad, un extracto de las señaléticas que cuelgan en locales y negocios para enunciar y hacer saber, a sus consumidores y público en general que como establecimiento “no discriminan”:
En este establecimiento no se discrimina por motivos de raza, religión, orientación sexual, condición física o socioeconómica, ni por ningún motivo.
Instalación de piezas cerámicas en porcelana cruda
2017 © Claudia Uranga Alonso