Pleamar, realizada entre 2020 y 2021, pretende enlazar la representación pictórica con las bases de la cerámica. La conforman diez platos de cerámica de alta temperatura, cada uno con 10 cm de diámetro. Los diez platos comparten un horizonte visual trazado por el vidriado gracias a su color, densidad y textura. Estas características dividen cada plato en tres partes, dando sentido a la composición con tres planos horizontales que cambian, referentes al cielo y al mar.
La secuencia de los 10 actos alude al movimiento que implican los ciclos propios de la marea, específicamente al proceso de incremento del nivel del agua en el mar hasta llegar a su nivel más alto. De esta manera, sugiere una narrativa de cambio y movimiento en el paisaje. Este proceso dinámico refleja la naturaleza cambiante del territorio y el poder que lo rodea, recordándonos la constante lucha por el control y la influencia sobre la tierra y los elementos naturales.
Esta estructura teatral dividida en actos añade otra capa de significado a la obra, sugiriendo que el paisaje representado en los platos de cerámica es tanto un escenario como un territorio físico.
En resumen, «Pleamar» no solo es una representación visual del mar y el cielo, sino también una reflexión sobre la relación entre territorio y poder, explorando cómo estos conceptos se entrelazan y se manifiestan en el paisaje y los ciclos naturales.
Detalle de texturas del acto nº10:
ACTOS
© Claudia Uranga Alonso